Curso Práctico de Biodescodificación – Lección 5
En esta lección del Curso Práctico de Biodescodificación vamos a ver la diferencia entre pensamientos, sentimientos y emociones. Es algo que a lo mejor te parece muy lógico y muy básico, pero es habitual confundirse.
¿Qué es un pensamiento?
Un pensamiento es la elaboración mental que realizas de una situación que está sucediendo.
¿Qué es una emoción?
Es el significado interno que le das a esa situación externa. Es muy diferente. La emoción es la traducción interior.
¿Qué es un sentimiento? El sentimiento es la emoción pensada, es algo más elaborado.
¿Esto por qué es importante? Porque en el proceso de Biodescodificación en el que hay que averiguar cuál es esa situación muy estresante que llevas tiempo viviendo en soledad, tienes que poner en palabras todo lo que no dijiste cuando viviste esa situación (en la siguiente lección te explicaré la diferencia entre un bioshock o una situación de estrés de baja intensidad pero continuada)
Es fundamental que identifiques qué estabas pensando y qué estabas sintiendo en ese momento, tienes que concretarlo.
Las emociones que identificas en tu cuerpo
Para que no te hagas un lío, las emociones que más fácilmente identificas en tu cuerpo son el miedo, la rabia, la tristeza, y el asco.
Cuando tienes que identificar qué emociones te ha producido esa situación que ha rebasado el límite tolerable de estrés, y no has puesto nunca en palabras, nos circunscribimos a estas cuatro emociones.
El primer paso es identificar el pensamiento, el segundo es identificar la emoción y el tercero es identificar el sentimiento.
Muchas veces cuando pregunto a mis clientes “¿qué sentimiento sentías en aquella situación?”, me responden, “rabia”. Pero la rabia es una emoción. No es lo mismo. Primero tenemos que conectar con la emoción, y después con el sentimiento.
Los sentimientos son todo lo que están por debajo de estas cuatro emociones. Es una explicación muy rápida, pero es muy útil.
En mi libro “Películas Mentales: libérate de los dramones que te montas y afectan a tu salud” puedes encontrar un listado muy largo de sentimientos que puede ayudarte a ponerle nombre a lo que sientes.
No es lo mismo que me digas “estoy depre”, “me he rayado”, a que me digas “siento frustración”, “siento impotencia”, “me siento perdido”. Es muy diferente.
No nos hacemos ningún favor cuando caemos en el “qué agobio llevo, menudo marrón”.
Es como si cuando quedas con tus amigos, solo utilizases cuatro expresiones. ¿A que no lo haces?
Cuando hables de tus sentimientos, no te limites, utiliza la riqueza de tu lenguaje, conecta con tu cuerpo, y diferencia cuándo es un sentimiento y cuándo es otro.
No confundas rabia con tristeza
Quizás en la infancia, cuando tenías una rabieta, te regañaban. Y cuando estabas triste, no. Muchos padres reprimen las rabietas de sus hijos, pero consienten los estados de tristeza. Y si a ti te pasó eso, que llegaste a la conclusión de que tu rabia era mejor ocultarla y taparla con tristeza, pudiste hacer de eso un hábito, y hoy por hoy, no gestionas bien la expresión de tu rabia y de tu tristeza.
Así que este es un buen momento para dejar de confundir la rabia y la tristeza.
Tenemos que permitirnos expresar lo que sentimos y ponerlo en palabras con total sinceridad. Es probable que te des cuenta que necesitas desbloquear y transformar creencias limitantes porque a lo mejor a ti te han dicho: “aquí no se llora, aquí no se grita, aquí no se discute” y tú tienes una incapacidad a la hora de expresar tus sentimientos y tus emociones.
Si estás en esta labor de desarrollo personal, verás lo infinitamente útil que es la escucha biológica. Escuchar a tu cuerpo te lleva a un proceso de desarrollo personal profundísimo al que no te lleva el decir: “me encuentro mal”.
Me acuerdo de un cliente que me dijo que quería aprender a controlar la rabia para no discutir tanto con su mujer. Cuando llevábamos unos minutos hablando y me contó lo que le pasaba de verdad, me habló del problema de salud serio que tenía. Había sufrido ya varias operaciones y no mejoraba. Cuando profundizamos en el significado emocional del síntoma y en cuál era la situación estresante, descubrimos que había mucho rencor hacia su mujer porque él había renunciado a su trabajo para hacer realidad el sueño de ella (vivir en el campo cuidando animales) y no lo soportaba. Él me decía: “no quiero discutir con mi mujer”, pero necesitaba vaciarse del rencor y de la rabia de vivir una vida que estaba muy lejos de las expectativas. Cuando por un asunto sin importancia se enfadaba, se le desbordaba la rabia y tenían discusiones muy fuertes.
Si no hubiéramos escuchado el síntoma, no habríamos llegado a la raíz del problema.
Tomar conciencia de qué te está diciendo el síntoma, y liberar pensamientos y sentimientos, permite hacer un trabajo profundo de autoconocimiento y desarrollo personal. Es la magia de la Biodescodificación.