¿Quién no se ha preguntado alguna vez por el sentido de lo que estaba viviendo?
¿Quién no ha creído alguna vez que su vida era como una película escrita por un guionista con muy mal gusto?
El sentido de la vida es algo que nos inquieta a los seres humanos desde que somos humanos (incluso quizás desde antes). A pesar de que no hay una respuesta única y definitiva para todos, la búsqueda del sentido de la vida es una de nuestras mayores preocupaciones.
¿Qué es el sentido de la vida?
El sentido de la vida no es algo concreto, es un concepto abstracto que se refiere a la finalidad o propósito de la existencia de una persona. Es la razón de ser o la motivación que impulsa a vivir y es diferente para cada persona.
Y es diferente porque cada uno de nosotros estamos influenciados por factores como la cultura, la educación, la religión y las experiencias personales. Para algunos, el sentido de la vida puede estar relacionado con el éxito empresarial o la riqueza mientras que para otros puede estar relacionado con experimentar el amor de la familia, con la espiritualidad, la creatividad o el servicio a los demás.
¿Por qué es importante encontrar el sentido de la vida?
Encontrar el sentido de la vida es importante porque al descubrirlo encontramos la dirección de nuestra vida. Cuando sabemos cuál es nuestro objetivo tomamos decisiones conscientes que nos acercan a él.
Es demasiado fácil dejarnos llevar por lo que la sociedad dicta como “aceptable” y enfrascarnos en hipotecas que las acabarán de pagar nuestros nietos, trabajar en algo que no nos motiva pero permite pagar esa vivienda y desear que llegue el viernes más que la lluvia en el desierto.
El sentido de la vida nos da un marco de referencia con el que evaluar nuestras acciones y decisiones y con el que saber si nos estamos acercando o alejando de ese objetivo.
Cuando identificas tu propósito o el sentido de tu vida (aquí voy a utilizarlos como sinónimos aunque en mi libro los diferencio) ya no te dejas llevar por la marabunta. Aunque tengas que pagar la hipoteca y desees que sea viernes, haces algo significativo con tu tiempo y tu energía.
Algo que a ti te enciende y te hace sentir vivo.
Y es que cuando hemos identificado el sentido de nuestra vida tenemos una fuente de motivación y significado en nuestra vida.
Cuando nos damos cuenta de que nuestras vidas tienen un propósito más elevado, podemos sentirnos más comprometidos con nuestras vidas, y eso da una inigualable sensación de satisfacción y realización personal.
Las diferentes perspectivas sobre el sentido de la vida
En el deseo humano de comprender el sentido de la existencia diferentes personalidades y pensadores han establecido lo que para ellos es el sentido de vivir. La filosofía ha abordado el tema del sentido de la vida desde diferentes perspectivas.
El estoicismo, cuyo origen está en el siglo III a.C, el propósito de la vida es vivir de acuerdo con la razón y la virtud, y aceptar con serenidad lo que no podemos controlar.
Aristóteles sostenía que el sentido de la vida se encontraba en la búsqueda de la felicidad para lo que había que desarrollar todo nuestro potencial humano.
Si nos pasamos al budismo y simplicamos muchísimo, podríamos decir que el sentido de la vida se encuentra en la eliminación del sufrimiento y la realización de la iluminación que se logra a través de la comprensión y la meditación.
En el hinduismo, el sentido de la vida se encuentra en la realización del dharma o deber individual, que es parte de un orden cósmico más grande. El objetivo final de la vida es la liberación del ciclo de la reencarnación y la unión con la divinidad.
Más cerca en el tiempo, una de las perspectivas más influyentes es el existencialismo. Según el existencialismo que tiene como representantes a Søren Kierkegaard, Jean-Paul Sartre o Friedrich Nietzsche, la vida carece de un propósito inherente y significado, y es responsabilidad de cada individuo encontrar su propio propósito y significado en la vida.
Desde una perspectiva totalmente científica, el sentido de la vida se relaciona con el objetivo evolutivo de la supervivencia y la reproducción. Según la Teoría de la Evolución de Charles Darwin, los seres humanos han evolucionado para sobrevivir y reproducirse.
Sin embargo, algunos científicos argumentan que el sentido de la vida no puede ser explicado solo en términos de la supervivencia y la reproducción, y que hay otros factores subjetivos que influyen en el propósito y significado de la vida humana.
Los beneficios de tener un propósito vital para la salud física, mental y emocional
Además de lo que nos han dicho los sabios y de lo que nos dice la lógica al respecto, se ha demostrado científicamente que tener un propósito influye positivamente en la salud física, mental y emocional.
Un estudio publicado en la revista JAMA Network Open encontró que las personas que tenían un propósito en la vida tenían un riesgo significativamente menor de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular en comparación con las personas que no tenían un propósito.
En términos de salud física, tener un propósito de vida influye en la reducción del riesgo de enfermedades crónicas y en la mejora de la salud cardiovascular.
En lo relativo a la salud mental, tener un propósito se asocia con una mejora de la resiliencia y la capacidad de afrontamiento ante el estrés y la adversidad.
La psicología positiva, encabezada por Martin Seligman, ha demostrado que las personas con un propósito de vida tienen mayor capacidad para recuperarse de vivencias negativas por su mayor capacidad de resiliencia (capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc.), por mostrar mayor autoestima y un nivel mayor de satisfacción con la vida.
Un estudio publicado en la revista Psychological Science encontró que las personas que tenían un propósito en la vida eran menos propensas a experimentar emociones negativas y más propensas a experimentar emociones positivas en respuesta al estrés. Se observó también que los síntomas de depresión y ansiedad eran menores en ellas.
El propósito de vida mejora las relaciones interpersonales
Tener un propósito tiene efectos positivos en el bienestar emocional, ya que proporciona un sentido de significado y conexión con los demás. Las personas que tienen un propósito suelen tener relaciones sociales más satisfactorias y más conexiones significativas con los demás. Un estudio publicado en la revista PLOS One encontró que las personas que tenían un propósito en la vida tenían menor probabilidad de experimentar sentimientos de soledad y aislamiento.
Pero no acaban aquí los beneficios de identificar nuestro propósito de vida.
Se relaciona también con mayor rendimiento y productividad. Las personas que han identificado su propósito, misión o sentido de vida suelen estar más motivadas y comprometidas con sus objetivos, lo que puede mejorar el rendimiento tanto en el trabajo como en otras áreas de la vida.
Un estudio publicado en la revista Journal of Applied Psychology encontró que los empleados que tenían un propósito en el trabajo estaban más comprometidos con sus funciones y tenían un mejor rendimiento en comparación con los empleados que no tenían un propósito.
Pero ojo, encontrar un propósito no es una tarea fácil y requiere tiempo y mucha consciencia. Eso sí, esa búsqueda supone una fuente de crecimiento personal y espiritual que proporcionar muchas satisfacciones.
Qué es la Biodescodificación y para qué sirve
En este artículo te hablo de conectar la Biodescodificación, el área en el que desarrollo mi labor profesional, con el descubrimiento del sentido de la vida, y no tiene sentido que siga si no explico qué es la Biodescodificación.
Aunque hay muchas definiciones de Biodescodificación, podríamos definirla como una terapia complementaria que analiza la relación entre las emociones que no son gestionadas adecuadamente y los síntomas. En Biodescodificación se asigna a cada síntoma un significado emocional que se origina en una situación de estrés que supera la capacidad de adaptación de la persona.
La Biodescodificación no es una promesa de sanación definitiva, sino un enfoque complementario que ayuda a entender y resolver los conflictos emocionales que afectan al bienestar de la persona.
Quiero aclarar que la Biodescodificación no es una terapia psicológica. Hay una diferencia amplia y respetable entre la Psicología y la Biodescodificación.
La psicología tiene como objetivo analizar los procesos mentales y del comportamiento de los seres humanos y sus interacciones con el ambiente. La Biodescodificación se basa en analizar conflictos biológicos, es decir, conflictos emocionales que dejan una huella en la biología.
Tal y como expuso el dr. Hamer (y doy más detalles más adelante) los conflictos emocionales dejan una huella en la tríada psique-cerebro-órgano. La Biodescodificación se centra en resolver esos conflictos emocionales.
Aprovecho para señalar que hay psicólogos que practican la Biodescodificación, y me alegra enormemente, pero a día de hoy, aunque haya ciertos psicólogos interesados en tachar a la Biodescodificación de pseudociencia también hay algunos que viendo la creciente demanda de esta metodología se están colgando el título de “somos los únicos profesionales capacitados para practicar la Biodescodificación” y no es así. Para practicar la Biodescodificación a día de hoy lo que tienes que tener es una formación avalada por una escuela especializada en este área, un compromiso ético con tus clientes y haber realizado un proceso terapéutico propio para esolver los propios problemas psicológicos y emocionales.
La Biodescodificación y su relación con las 5 leyes biológicas del Dr. Hamer
La Biodescodificación se estudia en escuelas privadas que te capacitan para ello durante al menos 3 años. Apelemos, una vez más, a la profesionalidad y a la ética de cada profesional que la ejerce.
Uno de los pilares sobre los que se asienta la Biodescodificación es la Nueva Medicina Germánica (NMG) creada por el dr. Ryke Geerd Hamer, quien estudió durante varias décadas la relación entre las emociones y las enfermedades. También hay que aclarar que aunque la Biodescodificación utilice preceptos de la NMG son dos disciplinas diferentes.
Pongo mucho interés en hacer estas aclaraciones porque hay mucha confusión en redes sociales al respecto y este es un buen lugar para hacer puntualizaciones 😉
El dr.Hamer afirmó que la enfermedad es el resultado de un conflicto biológico que surge como respuesta a un choque emocional inesperado, desestabilizante, vivido en soledad y para el que se piensa que no hay solución.
Este conflicto que se origina en la psique afecta tanto al cerebro como al órgano relacionado con la función biológica que se ha visto impactada por la emoción. Según el dr. Hamer, cada enfermedad tiene su origen en una emoción concreta y se desarrolla a través de un proceso biológico que sigue un patrón de conversión específico.
La Biodescodificación se basa en la idea de que es necesario que se resuelva el conflicto emocional que ha desencadenado la enfermedad para que el cuerpo pueda liberarse de la carga emocional que lo mantiene enfermo y recuperar su equilibrio natural. El síntoma pasa a ser el lenguaje del cuerpo por el que expresa las emociones que están reprimidas y necesitan ser expresadas.
La Biodescodificación es un enfoque holístico que considera al ser humano como una unidad compuesta por cuerpo, mente y emociones pero no es una técnica para diagnosticar enfermedades. A través de la Biodescodificación se busca que las personas tomen consciencia de sus emociones y aprendan a gestionarlas de manera adecuada para mejorar su calidad de vida.
Muy importante antes de pasar al siguiente punto: la Biodescodificación no sustituye a la medicina alopática, sino que se utiliza como complemento a cualquier tratamiento médico para ayudar a encontrar la causa emocional de sus enfermedades y a trabajar en ellas para lograr la recuperación.
La relación entre las emociones y las enfermedades
No todas las emociones intensas que experimentamos se convierten en síntoma.
Para que el cuerpo manifieste un dolor o malestar tienen que confluir ciertos elementos que ya he mencionado, pero es importante que los recuerdes:
- una situación dramática,
- inesperada,
- que se vive en soledad y
- para la que se piensa que no hay solución
- es la que eleva el estrés por encima de nuestro límite tolerable y activa las alarmas de nuestra biología.
A este hecho le llamamos bioshock.
Pero también se produce la conversión biológica cuando se vive durante un tiempo prolongado y continuado una situación de un estrés moderado. La conversión se produce por saturación conflictiva, o como diríamos coloquialmente, porque hay una gota que colma el vaso.
Las emociones que se viven durante esas situaciones estresantes, si no son gestionadas adecuadamente mantienen a nuestro cuerpo en alerta, el cual, hace todo lo posible por eliminar los focos de estrés. Cuando el estrés no es puesto en consciencia (estamos demasiado acostumbrados a vivir en un bucle de estrés) ni es reducido, se produce la somatización.
¿Qué emociones son las que se convierten en síntoma?
Las emociones que no gestionamos adecuadamente y se convierten en síntoma son:
la rabia,
el miedo,
el asco y
la tristeza.
A cada una de estas emociones le acompañan una serie de sentimientos y pensamientos negativos que son los que por diferentes mecanismos de nuestra mente inconsciente nos mantienen en estrés aunque la amenaza haya pasado. Si quieres saber cómo se hace la Biodescodificación, aquí te lo explico (de forma muy breve) PINCHA AQUÍ, aunque te recomiendo que sigas leyendo hasta el final este artículo y luego pases a ése 😉
Los beneficios de la Biodescodificación como terapia complementaria
Podría escribir miles de beneficios (exagerando un poco, vale), pero te enumero solo unos pocos:
- Ayuda a comprender las causas emocionales que están en el origen de los síntomas.
- Es un enfoque holístico que aborda a la persona en su totalidad, incluyendo mente, cuerpo y espíritu.
- Favorece la reducción del estrés y la ansiedad asociados con la enfermedad.
- Beneficia el tratamiento de enfermedades crónicas o graves.
- Ayuda a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el estrés y la ansiedad.
- Es una herramienta valiosa para prevenir enfermedades.
- Sirve para adoptar hábitos emocionales más saludables.
- Ayuda a encontrar un mayor sentido de bienestar y equilibrio en la vida.
- Mejora la conciencia corporal y la percepción de las sensaciones físicas.
- Aumenta la capacidad de manejar el estrés y la ansiedad.
- Promueve una mayor autoaceptación y autoestima.
- Favorece la toma de decisiones más conscientes.
- Ayuda a identificar y expresar emociones reprimidas o ignoradas.
- Aumenta la flexibilidad y la capacidad de adaptación al cambio.
- Favorece una mayor capacidad para concentrarse y estar presente en el momento actual.
- Mejora la capacidad de establecer límites saludables y comunicarse de manera efectiva.
- Promueve una mayor conexión espiritual y una sensación de bienestar integral.
- Ayuda a encontrar el propósito y sentido de vida
Pasemos ahora a eso de lo que habla el título de este artículo 🙂
La fórmula para encontrar tu propósito de vida
La idea de descubrir nuestro propósito puede parecer abrumadora e intimidante, aunque al mismo tiempo existe la idea equivocada de que te puedes sentar una tarde frente a una ventana con una taza de café y encontrar así, en un ratito, tu misión y propósito de vida.
Tengo que decirte que lo habitual es que se encuentre después de un proceso de autoconocimiento e introspección. Así, que cuanta más paciencia tengas, mejor para ti (como en todos los procesos de consciencia).
Para encontrar nuestro propósito de vida, es necesario comenzar por observarnos en todas nuestras dimensiones: nuestras propias fortalezas, debilidades, valores y creencias esenciales.
Así que primero:
Identifica también las experiencias significativas que te han marcado en positivo y las cosas que te apasionan.
Una vez lo tengas, relaciónalas con tus fortalezas, debilidades, valores y creencias esenciales, y de ahí, obtendrás (a algo parecido a) tu propósito de vida.
Por tanto, la fórmula es:
fortalezas + debilidades + valores + creencias esenciales * experiencias positivas + pasiones = propósito de vida.
¿Qué pasa si ninguna fórmula mágica me sirve para descubrir mi propósito de vida?
En verdad, no creo que haya fórmulas que sirvan a cualquier persona que lean textos como éste, teniendo circunstancias vitales completamente diferentes como tenemos. No creo que funcione así, pero si esta fórmula que acabas de leer te sirve, mejor que mejor.
Si ninguna de las fórmulas que has leído hasta ahora no te han servido, no te asustes. No eres un bicho raro.
Lo más probable es que no te hayas dedicado demasiado tiempo, te estés comparando con otros o lo hayas hecho sin ponerle toda la consciencia que requiere el asunto.
El propósito, misión o sentido de la vida no tiene que ser algo monumental o grandioso.
Puede ser algo como aprender a perdonar, criar a tus hijos en el respeto o desarrollar tu trabajo de atención al público con la máxima empatía. No tiene que ser algo de dimensiones estratosféricas, tu misión de vida hace que sientas que estás viviendo una vida significativa y auténtica. Sea lo que sea que haces para ello.
Lo que no te va a ayudar es buscar listados de propósitos de vida o compararte con tu cuñado para encontrar el tuyo.
Como dijo Viktor Frankl, el sentido de la vida se descubre.
Compararnos con los demás o tratar de imitar el propósito de vida de otra persona no sirve de nada.
Algunas personas pueden sentir que su vida no tiene un sentido claro, que su propósito de vida no se puede definir, pero esto no significa que no lo tengan.
A veces, el propósito de la vida puede revelarse a lo largo del tiempo, a medida que adquirimos más experiencia y perspectiva. Otras veces, puede requerir un esfuerzo consciente para descubrirlo, como la auto-reflexión, la meditación, la búsqueda de ayuda profesional o la BIODESCODIFICACION.
Cómo encontrar el sentido de la vida con Biodescodificación
Cuando nos adentramos en el mundo de la Biodescodificación descubrimos que existen unos diccionarios en los que te dicen con qué emociones y conflictos se asocian tus síntomas.
Es maravilloso. En dos minutos sabes qué es eso que te ha hecho enfermar. Y además, por curiosidad, buscas la enfermedad de tu prima, y también te enteras de cuáles son “sus miserias” emocionales.
Pero la inmensa mayoría de las veces, usar así el diccionario no sirve para nada.
La Biodescodificación es un proceso, un conjunto de fases sucesivas que requiere de una exploración en las vivencias del pasado, en las creencias limitantes y en las raíces familiares.
La Biodescodificación nos enseña que hay un mensaje en el síntoma. Cuando el estrés emocional es elevado, y no es resuelto, el cuerpo nos llama, a voz en grito si hace falta, para que escuchemos su mensaje.
Y el mensaje específico que tiene tu cuerpo para ti no suele estar en el diccionario.
El mensaje de tu cuerpo es particular y único para ti.
Tu cuerpo te llama para que reduzcas el miedo al futuro, para que te atrevas a cumplir tus sueños (al mismo tiempo que pagas la hipoteca, se puede compatibilizar), para que dejes de culparte por el pasado… y para que con todo lo que te pide el síntoma, des forma a tu misión, propósito y sentido de vida.
Felipe Miramontes, psicólogo y especialista en análisis existencial, dice que el sentido de la vida es igual al sufrimiento vivido con una correcta actitud.
Tuve que leer varias veces esta frase del temblor que produjo en mis neuronas.
Explica que “en tanto la persona no encuentra sentido a su sufrimiento es doblemente desgraciada, pues además de su sufrimiento, acarrea una desesperación que nace del sentimiento de absurdo o de la rebelión ante lo inevitable. Esto se puede expresar en la siguiente ecuación: desesperación es igual a un sufrimiento sin sentido.»
Si no has encontrado hasta ahora tu propósito o sentido de vida, hazte esta pregunta que aparecen en mi cuarto libro “Descubre el sentido de tu vida a través de tus síntomas”
¿De qué forma crees que tu síntoma te está pidiendo que recuperes o des un sentido a tu vida para retomar tu bienestar interno?
Los desafíos y dificultades para encontrar el sentido de la vida en el mundo actual
Freud, como padre del psicoanálisis, uno de los pilares sobre los que se asienta la Biodescodificación, creía que los seres humanos tienen deseos y necesidades internas que buscan ser satisfechas, pero a veces estos deseos chocan con las normas y expectativas de la sociedad y la cultura en la que vivimos.
Para poder adaptarnos y funcionar en la sociedad, a menudo reprimimos estos deseos y necesidades en nuestro inconsciente, lo que significa que los mantenemos ocultos en nuestro interior sin ser conscientes de ellos en nuestra mente consciente. Para Freud, estos deseos reprimidos pueden encontrar una salida a través de los síntomas.
Los síntomas son manifestaciones físicas o mentales que surgen como una forma indirecta de expresión de estos deseos y necesidades reprimidos, que al mismo tiempo están relacionados con nuestra historia de vida y experiencias pasadas, especialmente durante la infancia. Según él, los eventos y experiencias traumáticas o conflictivas en la infancia dejan huellas en nuestro inconsciente y dan lugar a síntomas en la vida adulta.
Por lo tanto, el sentido de la vida de una persona, según Freud, está influenciado por la historia de vida y las experiencias vitales, así como por cómo se han gestionado esos deseos y necesidades reprimidos a lo largo de su desarrollo.
En la medida en que no se han cerrado las heridas emocionales del pasado ni se están expresando en el presente esos deseos, el síntoma nos avisa de que hagamos los cambios necesarios.
Insisto en que encontrar el propósito de vida no es una tarea fácil ni se trata de una meta a alcanzar. Más bien, se trata de un proceso continuo de autodescubrimiento y crecimiento personal. Es posible que nuestro propósito de vida evolucione y cambie a medida que experimentamos diferentes etapas de la vida y adquirimos nuevas perspectivas, por lo que cabe que tengamos que actualizarlo conforme cumplimos años.
Descubrir el propósito de vida es un proceso maravilloso que requiere calma, tiempo y mucha consciencia.
Implica reflexionar sobre nuestras fortalezas y debilidades, valores y creencias, y sobre todo, tal y como te cuento en mi libro, escuchar al cuerpo que manifiesta a través de los síntomas, cuándo estamos completamente desconectados de la vida que está esperando a ser vivida por nosotros.
Si quieres hacerte con el libro, solo tienes que pinchar aquí