Qué hacer con las emociones negativas

¿Sabes que si no fuera por la rabia no superaríamos muchos de los obstáculos que se nos presentan en la vida? 

¿Y sabes que si no fuera por la tristeza muchas veces no nos pararíamos a reflexionar sobre lo que nos está pasando?

¿Hay emociones buenas y malas?

Hoy quiero recordarte que no hay emociones buenas y malas. 
Lo único que te perjudica es callarte, reprimir y ocultar esas emociones porque pasan factura en tu cuerpo. 

Para no callarte, reprimir ni ocultar las emociones que estás sintiendo es fundamental que identifiques qué es lo que estás sintiendo. 

Muchas veces nos ocultamos detrás de un «tengo un agobio tremendo» «estoy de bajón» o «me he rallado», y eso no sirve para mejorar la situación. 

Como ya sabes, el estrés se origina en tu mente y cuando sobrepasa tu límite tolerable de estrés afecta al cuerpo. 

Gran parte de ese estrés está ahí porque no se está poniendo en palabras. Y para ponerlo en palabras, primero hay que identificar lo que estás sintiendo.

Lógico, ¿verdad?



Poner en palabras lo que hay en la mente

Lo que te propongo con todo esto  es que no te escudes detrás de expresiones vacías y pongas nombre a lo que te pasa. Cuando ya sepas cómo se llama lo que te está pasando, puedes hacer dos cosas: hablarlo con alguien de mucha confianza o escribirlo. 

Escribir lo que sea que corre por nuestra mente y nuestro cuerpo también es muy sanador. 

Tanto escribirlo como hablarlo te va a servir para reducir el estrés que estás acumulando. 

Al expresar lo que sentimos activamos una zona de nuestro cerebro relacionada con las emociones positivas.

Por eso se cumple ese dicho de «las penas compartidas son menos»: nos vaciamos de lo negativo y activamos lo positivo.

Poner en palabras lo que piensas y sientes te ayuda a controlar las emociones. Dejan de ser un animal salvaje que arrasa con todo y pasan a ser una mascota traviesa. Si te paras a escucharla y entiendes lo que vienen a decirte, todo cambia.

La rabia está ahí para que pongas acción y resuelvas un problema. La rabia no aparece sólo para hacerte perder los papeles.

La tristeza te pide que reflexiones. Que te tomes tu tiempo para asimilar eso que está pasando, quizás.

 

Necesitas hablar o escribir de tus sentimientos y emociones para reducir el estrés.

Reducir el estrés para reducir el dolor o malestar que acompaña a ese estrés. 

Recuerda, tu estrés está totalmente relacionado con las emociones y sentimientos que vives en tu interior y no pones en palabras. 

Reducir el estrés emocional nos lleva a reducir el malestar físico que lo acompaña de mil formas diferentes: ansiedad, dolores de cabeza, molestias digestivas, baja energía para enfrentar el día a día…

Cuantas menos estrés emocional, más bienestar.


¿¿Quieres reducir el estrés de una vez por todas?? ¿¿Sí?? 

¿¿Quieres reducir ese malestar que te acompaña desde hace demasiado tiempo??

Para ayudarte un poquito más en esta tarea, te traigo un vídeo que de forma muy sencilla te va a aclarar estas ideas.

Te propongo que empieces identificando las emociones que sueles sentir. Escucha a tu cuerpo y ponle nombre a lo que te pasa.

En mi libro «Películas mentales: libérate de los dramones que te montas y afectan a tu salud» te enseño a identificar pensamientos, sentimientos y emociones

 

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