La clave para desestresarte

La mayoría tenemos claro que es vital y esencial desestresarse.

Ya sabemos que detrás de una alergia puede haber estrés, detrás de la caída del pelo puede haber estrés, detrás de la pérdida de visión, de problemas menstruales, de problemas dermatológicos, de problemas de sobrepeso o de problemas cardiacos, por supuesto. Y estoy dejando por fuera muchos otros síntomas con origen en el estrés.

No sé si se insiste suficiente en los medios de comunicación sobre la importancia de desestresarse.

Y no es que porque me lo diga Matías Prats en las noticias yo tenga que aplicarme más o menos, pero sí que considero que es importante que haya una campaña global de concienciación sobre la influencia del estrés en nuestra salud.

Todavía mucha gente culpa de su mala salud a la mala suerte.

Si yo tuviera que culpar a la mala suerte de algo que pasa en mi vida, culparía a la mala suerte de aquella gaviota que decidió liberarse de lo que le sobraba de comida en el justo momento en el que yo estrenaba novio y bikini en la playa.  Pues quizás fue mala suerte, pero también me estuve riendo buen rato (y soltando algún improperio por lo bajini) y me sirvió para acercar posiciones con el susodicho.

Así que poner a la mala suerte como la única responsable de la mala salud no es el estilo de Escucha Biológica. Ni el estilo, ni la base de la vida saludable que queremos alcanzar los que escuchamos a nuestro cuerpo para disfrutar de nuestro bienestar.

Si dejamos de lado a la mala suerte y asumimos la responsabilidad por nuestra salud, nuestra vida cambia.

 

Estudios científicos sobre la influencia del estrés en la salud

Leo muchas noticias que comparto a diario (en facebook por ejemplo) sobre la influencia del estrés en la salud, y éstas son algunas que me han llamado la atención:

«Existe evidencia clara de un componente psicosomático en la pérdida de visión. El estrés es una causa importante, no solo una consecuencia, de la pérdida progresiva de la visión en enfermedades como el glaucoma, la neuropatía óptica, la retinopatía diabética y la degeneración macular relacionada con la edad “, dice el Prof. Bernhard Sabel, PhD, Director del Instituto de Psicología Médica de la Universidad de Magdeburg, Alemania.

«Actualmente las enfermedades autoinmunes son abordadas por la mayoría de los profesionales como enfermedades psicosomáticas. Esto quiere decir que se trata de males que tienen su origen en la mente y que toman forma a través del cuerpo.

Hay diferentes enfoques al respecto. Algunos sostienen que se trata de una incapacidad esencial para verbalizar las emociones. Otros indican que es una respuesta defensiva contra la desintegración emocional. También se aborda como un “delirio corporal”, cuyo antecedente es la depresión, o como una respuesta a un conflicto insoluble.»

«El tipo de caída de pelo que deriva del estrés físico y emocional se llama efluvio telógeno, un problema por el que un estrés excesivo provoca que los folículos pilosos del cuero cabelludo comiencen un periodo de reposo. Como consecuencia, el pelo se empieza a caer, lo que causa que la cabellera claree, y, en ocasiones, de forma más evidente en algunas zonas determinadas del cuero cabelludo.

La caída de pelo no se nota inmediatamente después de una situación demasiado estresante. El efluvio telógeno suele producirse a lo largo de los primeros tres meses tras el suceso estresante»

«El Centro Nacional para la Investigación del Dolor Pélvico de Reino Unido dio a conocer que las mujeres que suelen presentar dolor pélvico son quienes tienen niveles elevados de ansiedad y depresión.

Un desequilibrio emocional podría alterar la flora de tu vagina y hacer que algunas de las bacterias presentes en tu zona íntima provoquen una infección.»

Y así podríamos seguir enumerando más síntomas originados por estrés.

Pero sé, porque lo veo en mis clientes y clientas a diario, que hasta que el síntoma no es lo suficientemente molesto y dañino, no se toma la decisión de reducir estrés para reducir el síntoma.

 

La única y mejor solución para desestresarse

 

Y la más barata de todas las que he probado (y mira que he probado…) es una técnica que tiene entre 400.000 y 50.000 años. No se ponen de acuerdo los científicos en la fecha de origen pero está claro que viene de la época previa a la televisión en color.

Y me atrevo a desvelarla:

Hablar.

Hablar de lo que te estresa.

Ya está.

Y hablar no es poner emoticonos en una pantalla ni llenar minutos y minutos de audios de mensajería.

La mejor solución para desestresarse es hablar desde las entrañas.

La mejor técnica para desestresarse es hablar conectando con el sentimiento asociado a ese estrés.

Es poner en palabras la emoción que origina los pensamientos estresantes.

Y si luego quieres ir a clases de tal cosa, tomar tal otra o adorar al nuevo gurú de la espiritualidad, hazlo. Ya habrás hecho la parte fundamental:

Escucharte y hacer que te escuchen.

No tiene sentido que nos abonemos al spa o a los zumos detox sin antes haber hecho una profunda introspección que pasa por ponerle palabras a lo que sucede en tu interior.

Vuelve a darle el inmenso valor que tienen las palabras dichas desde el sentir.

El pisquiatra Luis Rojas Marcos afirma que la mujer española vive mucho porque habla mucho.

Habla más y mejor y deja el estrés y la enfermedad afuera. Solucionarás tus problemas e incluso podrás prevernirlos si te comunicas y expresas cómo te sientes.

 

PD. Si no quieres desestresarte tú sólo o tú sóla (porque a veces es complicado),  aquí te explico cómo podemos hacerlo

 


 

Comentar

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Diseñado por Consultoria Blogger