Evitación emocional: ¿cómo identificarla y superarla?

 

¿Alguna vez te has encontrado evitando una conversación difícil o reprimiendo un sentimiento incómodo con la esperanza de que desaparezca como por arte de magia?

Nuestra mente puede llegar a convertirse en una experta de la evitación emocional poniendo en marcha «trucos» con los que  nos alejamos de la capacidad de escuchar y hacer frente a nuestras emociones.

Si tomas consciencia de que en ti está en marcha este proceso, podrás tomar las riendas de tu vida emocional y subir un escalón en tu desarrollo personal.

¿Qué es la evitación emocional?

La evasión emocional es la tendencia de evitar o suprimir deliberadamente las emociones desagradables o incómodas.

Es importante comprender que todas las emociones, tanto positivas como negativas, son una parte natural y necesaria de nuestra experiencia.

Las emociones desempeñan un papel crucial en nuestra vida, ya que nos dan información valiosa sobre nuestras necesidades, deseos y valores.

La evitación emocional se da cuando una persona intenta evitar sentir emociones negativas, como el miedo, la tristeza, la ira o sentimientos negativos como la frustración o la impotencia por unas razones concretas que a veces son inconscientes.

Podemos recurrir a la evitación emocional por diversas razones, por ejemplo, el miedo a sentirnos sobrepasados por las emociones, preocuparnos por lo que dirán los demás o por creer que algunas emociones o sentimientos son «malos» o inaceptables.

De lo que no somos conscientes cuando evitamos conectar con nuestros sentimientos y emociones es de las consecuencias negativas para nuestro bienestar y para nuestro equilibrio interno que esto tiene.

Me habrás leído o escuchado ya decir que es esencial que reconozcamos y aceptemos todas nuestras emociones, incluso las que nos parecen desagradables, ya que ellas, en su conexión íntima con nuestras necesidades biológicas, nos aportan valiosa información de nuestras carencias, a todos los niveles.

En el ámbito de la Biodescodificación sabemos que la evitación emocional tiene un impacto en la salud física. La represión de emociones contribuye al desarrollo de problemas físicos, ya que el estrés constante que se relaciona con la evitación emocional tiene efectos perjudiciales en el cuerpo.

Suprimir o evitar nuestras emociones implica que tenemos una falta de autoconciencia emocional y dificultad para gestionar situaciones estresantes. Aprender a identificar y gestionar constructivamente nuestras emociones negativas es una parte crucial para tener la soñada resiliencia emocional que todos queremos, y mayor satisfacción con la vida.

Tipos de evitación emocional

Existen diferentes tipos de evitación emocional que ponen en juego nuestra destreza emocional.

Tenemos la «negación optimista«, un acto magistral de autoengaño donde preferimos ver el mundo a través de gafas rosadas, evitando las emociones desagradables a toda costa. Existe también el «perfeccionismo paralizante«, donde tratamos de mantener un control absoluto sobre nuestras vidas, evitando la incertidumbre y la vulnerabilidad a toda costa. Y también encontramos la «positividad tóxica«, una forma de evitación emocional que nos sumerge en un océano de sonrisas falsas y frases inspiradoras, mientras enterramos emociones auténticas bajo la alfombra emocional.

Negación Optimista:

La negación optimista es un tipo de evitación emocional en el que una persona tiende a minimizar o negar por completo las emociones negativas.

Se busca mantener una apariencia positiva y optimista, incluso cuando se enfrentan a situaciones difíciles o dolorosas. Aunque proporciona alivio temporal, a largo plazo, esta negación de emociones y sentimientos está consiguiendo que no estemos solucionando problemas que nos piden ser atendidos debido a ese falso «no pasa nada, todo saldrá bien» que no siempre es verdad.

Ejemplo de negación optimista

Un ejemplo de negación optimista en la evitación emocional se da en las relaciones de pareja.

Imagina que alguien está en una relación en la que comienzan a aparecer problemas y enfrentamientos. En lugar de asumir la realidad y abordar abiertamente estos problemas, una de las partes cae en la negación optimista al minimizar o negar la existencia de cualquier problema.

Insiste en que «todo está bien» o «las cosas se arreglarán por sí solas» mientras reprimen sus propias emociones de tristeza, preocupación o rabia intensa.

Aquí la negación optimista es una forma de evitar el malestar emocional que podría surgir si se enfrenta a los problemas de frente. En lugar de comunicarse abierta y honestamente con su pareja, mantiene una fachada de positividad, negando la realidad de los problemas en la relación. Aunque esta actitud puede proporcionar una sensación temporal de calma, a largo plazo, tanto la rabia reprimida como el resto de sentimientos, acabarán plasmándose negativamente. (Aquí te cuento cómo biodescodificar el miedo y la rabia)

Perfeccionismo paralizante:

El perfeccionismo paralizante implica la evitación emocional a través del control excesivo y la búsqueda constante de la perfección.

Las personas que recurren a este tipo de evitación emocional a menudo tratan de mantener un estricto control sobre su vida y entorno, evitando situaciones que puedan generar incertidumbre o emociones desagradables. Esto produce una sensación constante de presión, estrés e incapacidad de disfrutar de las experiencias debido a la necesidad implacable de evitar cualquier posibilidad de error.

Ejemplo  de perfeccionismo paralizante

Un ejemplo de perfeccionismo paralizante que es el que se ve en el ámbito laboral. Muchas personas, en su búsqueda de la excelencia en sus carreras, caen en un patrón de perfeccionismo que les impide avanzar de manera efectiva.

Imagina a una mujer que se ha marcado unos estándares en el trabajo que en el fondo son inalcanzables para sí misma aunque ella no se da cuenta. Siempre busca obtener resultados perfectos y nunca está satisfecha con lo que hace, incluso si los demás la ven como altamente competente.

Aunque dedica mucho tiempo y energía a cada tarea, revisando minuciosamente todo, nunca está satisfecha además de que es menos productiva y termina con más carga de trabajo por dedicarle tanto tiempo a alcanzar ese perfeccionismo idealizado.

El perfeccionismo paralizante aquí es una forma de evitación emocional de la crítica y el fracaso. Se llegan a posponer proyectos importantes debido al temor de que no cumplan con sus estándares extremadamente elevados.

Esto resulta en una creciente ansiedad asociada a su trabajo y un sentimiento de frustración e impotencia a pesar de su dedicación extrema.

En lugar de abordar los proyectos con un enfoque equilibrado y aprender de los errores, el perfeccionismo paralizante termina en evitación emocional de situaciones laborales que, aunque imperfectas, ofrecen oportunidades de crecimiento y desarrollo.

Positividad tóxica:

La positividad tóxica es un enfoque de evitación emocional en el que alguien busca constantemente mantener una actitud positiva, incluso cuando se enfrenta a situaciones difíciles.

Por supuesto que tener una mentalidad optimista es valioso, pero la positividad tóxica supone ignorar o reprimir emociones auténticas, lo que puede llevar a una desconexión con la realidad, con los propios sentimientos y con los de los demás. Y esto tiene un efecto rebote muy negativo en las relaciones interpersonales.

La diferencia con la negación optimista es que mientras que ésta se enfoca en minimizar las emociones negativas, la positividad tóxica pone su atención en mantener una actitud positiva a toda costa, incluso si eso significa ignorar la realidad de las situaciones difíciles.

Ambos enfoques llegan a ser perjudiciales para el bienestar emocional a largo plazo, ya que como he comentado, evitan el procesamiento adecuado de las emociones y la resolución de problemas.

Ejemplo de positividad tóxica

Un ejemplo de esta positividad tóxica se observa en las redes sociales, donde se comparte una versión excesivamente positiva de la vida, ocultando o minimizando los sentimientos y situaciones negativas que se están viviendo.

Esto se ve a diario por ejemplo en Instagram, donde se publican imágenes y mensajes que muestran constantemente una vida perfecta y feliz.

Imagina a alguien que está pasando por una ruptura amorosa dolorosa. En lugar de expresar su tristeza o buscar apoyo emocional, esta persona decide inundar su perfil de Instagram con fotos de sonrisas radiantes, citas inspiradoras y descripciones de lo «maravillosa» que es su vida.

Puede parecer que están manteniendo una actitud positiva ante la vida, pero en realidad están practicando la positividad tóxica al negar sus emociones de tristeza y dolor.

La positividad tóxica en este contexto puede ser perjudicial. Está evitando que la persona procese sus emociones de manera saludable y busque el apoyo necesario para superar la ruptura. Además, genera una sensación de insatisfacción en quienes ven estas publicaciones, ya que comparan sus vidas con una realidad distorsionada y poco realista.

Biodescodificación y evitación emocional

Desde la Biodescodificación sabemos que la evitación emocional puede tener un impacto en el equilibrio físico. Pero no solo los profesionales de la Biodescodificación observamos esto a diario. El Dr. Gabor Maté es un médico conocido por su trabajo en el campo de la salud mental, el estrés y la adicción.

 

Ha investigado extensamente la relación entre la represión emocional y la adicción. Sostiene que muchas personas recurren a las adicciones, ya sean sustancias como el alcohol o el tabaco, o comportamientos adictivos como el juego, como una forma de evitar enfrentar y lidiar con emociones dolorosas o traumas no resueltos.

Maté también ha observado que el estrés crónico, que puede estar relacionado con la represión emocional, puede tener efectos perjudiciales en el sistema inmunológico y contribuir a una serie de problemas de salud, incluyendo enfermedades autoinmunes, trastornos gastrointestinales y enfermedades mentales.

Algunos de los efectos psico-físicos de la represión y la evitación emocional son:

  1. Bloqueo emocional: La evitación emocional implica reprimir o evitar experimentar emociones incómodas o desagradables. Según la Biodescodificación, cuando estas emociones no se expresan y procesan adecuadamente, se convierten en bloqueos emocionales que se almacenan en el cuerpo y pueden manifestarse físicamente como diferentes síntomas o enfermedades. No existe un listado específico porque depende siempre de la subjetividad de quien lo experimenta, pero tiene una relación estrecha, por supuesto.
  2. Estrés crónico: La evitación y represión emocional puede llevar a un aumento del estrés emocional crónico. El estrés prolongado se ha relacionado con una variedad de problemas de salud física, como trastornos cardiovasculares, trastornos gastrointestinales, trastornos autoinmunes y más.
  3. Patrones de comportamiento: La evitación emocional también puede influir en los patrones de comportamiento relacionados con la salud. Por ejemplo, alguien que evita enfrentar emociones como el miedo o la rabia puede recurrir a comportamientos poco saludables como la sobrealimentación, el consumo excesivo de alcohol o el tabaquismo como formas de lidiar con esas emociones reprimidas. Estos comportamientos pueden aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.

¿Cómo superar la evitación emocional?

El primer paso para superar la evitación emocional es desarrollar una mayor autoconciencia emocional.

Con esto consigues reconocer y aceptar tus emociones, incluso esas que incomodan más y llamamos «negativas».

En Biodescodificación ponemos mucha energía en reconocer y comprender nuestras emociones porque es un paso fundamental para alcanzar el equlibrio psico-físico que anhelamos.

Aquí te presento una guía detallada sobre cómo desarrollar la autoconciencia emocional:

  1. Presta atención a tus emociones: El primer paso hacia la autoconciencia emocional es simplemente prestar atención a tus emociones y sentimientos. Dedica tiempo cada día para sintonizar tus sentimientos y reconocer lo que estás experimentando en el momento presente. Esto puede hacerse a través de la meditación, la atención plena o simplemente tomándote un momento tranquilo para reflexionar.
  2. Lleva un diario emocional: Mantener un diario emocional puede ser una herramienta valiosa para rastrear y comprender tus emociones. Escribe regularmente sobre lo que sientes, cuándo lo sientes y por qué crees que estás experimentando esas emociones. A lo largo del tiempo, esto te ayudará a identificar patrones emocionales. (Aquí puedes descargarte gratuitamente un cuaderno en pdf para hacerlo)
  3. Practica la autorreflexión: Dedica tiempo para reflexionar sobre eventos o situaciones que desencadenan emociones específicas en ti. Pregúntate por qué te sientes de cierta manera y qué creencias o pensamientos pueden estar contribuyendo a esas emociones. La autorreflexión te ayuda a profundizar en el conocimiento de ti mismo.
  4. Aprende el lenguaje emocional: Familiarízate con el vocabulario emocional para describir tus sentimientos con mayor precisión. No te limites a «estoy bien» o «estoy mal»; en lugar de eso, intenta identificar sentimientos específicos como la nostalgia, el rencor, la culpa o la vergüenza. Cuanto más precisión utilices para nombrar tus emociones y sentimientos, más fácil será comprenderlas.
  5. Solicita retroalimentación: Pide a amigos cercanos, familiares o colegas que te proporcionen retroalimentación honesta sobre cómo perciben tus emociones y cómo las manifiestas en tu comportamiento. A menudo, los demás ofrecen una perspectiva valiosa sobre nuestras reacciones emocionales.
  6. Aprende a escuchar a tu cuerpo: Muy importante. Los sentimientos no solo se experimentan en la mente, sino también en el cuerpo. Presta atención a las sensaciones físicas que acompañan a tus sentimientos y emociones. Por ejemplo, la rabia puede manifestarse como tensión muscular o palpitaciones. Escuchar tu cuerpo te ayudará a identificar las señales tempranas de tus emociones.
  7. Busca apoyo profesional: Si lidiar con tus emociones se convierte en un desafío abrumador o si tienes dificultades para identificar y comprender tus sentimientos, considera buscar la ayuda de un terapeuta.

La autoconciencia emocional es una habilidad que se desarrolla con la práctica continua y la honestidad para con uno mismo.

A medida que te vuelvas más consciente de tus emociones y sentimientos y los comprendas mejor, podrás tomar decisiones más coherentes con tus propios valores, gestionar el estrés con mayor eficacia y cultivar relaciones más saludables y satisfactorias en tu vida.

¿Empiezas hoy a conectar con tus emociones? 😉

 

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Referencias

Gómez, B. y Escobar, A. (2006). Estrés y sistema inmune. Revista Mexicana de Neurociencia, 7(1), 30-8.

Maté, G. (2020). Cuando el cuerpo dice no: La conexión entre el estréss y la enfermedad. Gaia.

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