Escuché hace tiempo a un psiquiatra decir que no todos sufrimos heridas emocionales en la infancia. Estoy de acuerdo.
Todos, en mayor o menor medida, hemos sufrido en la infancia un dolor emocional que no hemos podido aliviar por diferentes motivos: porque no sabíamos cómo expresarlo, por miedo a que se rieran de nosotros, porque nos habían amenazado para que no lo contásemos… qué más da.
El caso es que si sientes que reaccionas emocionalmente a situaciones cotidianas de una forma que no puedes, ni sabes gestionar puedes tener una herida emocional de la infancia no sanada.
Por ejemplo: si tienes una respuesta desproporcionada de miedo o ira en situaciones que no son necesariamente amenazantes, esto puede ser un indicio.
También hay que buscar una herida emocional cuando las relaciones que mantienes son en tu mayoría con personas que resultan dañinas o cuando hay una sensación de vacío interior que no se «llena» con nada.
Las heridas emocionales pueden seguirnos a lo largo de toda la vida.
Es cierto que estas heridas pueden ser difíciles de identificar, pero tienen un efecto profundo en nuestras vidas y si queremos alcanzar nuestro máximo potencial, tenemos que responsabilizarnos de sanarlas.
Contenido
- 1 ¿Qué es una herida emocional?
- 2 Impacto de las heridas emocionales en la salud
- 3 Tipos de heridas emocionales
- 4 Lo fundamental para sanar heridas emocionales
- 5 Test: Identificando heridas emocionales
- 6 Sanar heridas emocionales con Biodescodificación
- 7 Guía paso a paso para hacer tu proceso de Biodescodificación
¿Qué es una herida emocional?
Las heridas emocionales, en términos generales, se refieren a experiencias pasadas que generan dolor y que dejan una huella perdurable en la mente de una persona.
Estas experiencias, que pueden derivar de situaciones de abandono, traición, rechazo, humillación o injusticia rompen el equilibrio emocional y alteran la percepción de uno mismo.
A diferencia de las heridas físicas, las heridas emocionales son invisibles y su impacto se manifiesta a nivel emocional y conductual.
Origen y naturaleza de las heridas emocionales
El origen de las heridas emocionales puede situarse en diversas etapas de la vida, pero con frecuencia tienen su raíz en la infancia y en las interacciones tempranas con figuras de cuidado y autoridad.
Un niño que experimenta rechazo o abandono, por ejemplo, puede desarrollar una herida emocional que afecte su autoconcepto y sus relaciones en la edad adulta.
Las heridas también pueden originarse en eventos traumáticos o relaciones disfuncionales en la vida adulta.
La naturaleza de estas heridas radica en la carga emocional que llevan consigo.
Los sentimientos de vergüenza, culpa o ira que resultan de estas experiencias pueden quedar atrapados en el inconsciente y afectar el bienestar emocional.
Estas heridas se manifiestan en patrones de pensamiento negativo, baja autoestima, dificultades en las relaciones interpersonales y respuestas emocionales desproporcionadas a situaciones actuales.
Impacto de las heridas emocionales en la salud

La Biodescodificación amplía esta comprensión al sostener que el cuerpo emplea síntomas y enfermedades como un lenguaje simbólico para comunicarnos conflictos emocionales no resueltos.
Cada síntoma o enfermedad tiene una raíz emocional y su presencia en el cuerpo es una señal de que es necesario explorar y sanar heridas emocionales profundas.
La Biodescodificación también identifica patrones hereditarios y transgeneracionales asociados con heridas emocionales no sanadas en generaciones anteriores. Abordar estas heridas puede no solo aliviar los síntomas actuales, sino también romper el ciclo de transmisión de conflictos emocionales a través de las generaciones.
Tipos de heridas emocionales
El objetivo de identificar las heridas emocionales es cerrarlas para que no dirijan nuestra vida, promover la sanación, el crecimiento personal y el desarrollo de una vida más plena y saludable.
Diferentes autores han elaborado su catálogo de heridas emocionales. Aquí te presento las que se consideran heridas más habituales:
Herida de Humillación
Surge cuando una persona se siente menospreciada, ridiculizada o avergonzada, lo que afecta su autoestima y confianza en sí misma.
Caso real: herida de humillación
Laura tenía 11 años cuando durante una reunión familiar, compartió emocionada una idea que había estado elaborando para un proyecto del colegio. En lugar de apoyo y entusiasmo, sus padres y hermanos comenzaron a reírse de su propuesta. Las risas y comentarios despectivos lo llenaron todo y Laura decidió no volver a compartir nunca una idea porque se había sentido muy ridícula.
La experiencia de humillación en aquella reunión dejó marcas emocionales en Laura. Aunque en apariencia continuó con su vida, la herida comenzó a manifestarse en formas sutiles. Laura evitaba compartir sus ideas en grupos y temía exponerse a la crítica. Sentía que su opinión no era valiosa y se esforzaba por complacer a los demás para evitar el rechazo.
La herida también afectó la confianza que tenía en sí misma. A pesar de sus logros académicos, Laura luchaba con una sensación constante de no ser suficiente. Comparaba constantemente sus logros con los de los demás y se sentía insegura en sus relaciones personales. La humillación vivida en la adolescencia había sembrado la duda en su valía y en su derecho a ser escuchada.
Herida de Rechazo
Se relaciona con la sensación de no ser amado o aceptado, ya sea por situaciones de abandono, exclusión o falta de atención en la infancia.
Caso real: herida de rechazo
Carlos tenía 14 años cuando se atrevió a invitar a salir a su compañera de clase, María, de quien estaba enamorado en silencio durante mucho tiempo. La respuesta de María fue un no rotundo. Se rio junto a sus amigas y comentó en voz alta sobre la ridícula idea de Carlos, lo que generó risas adicionales. Carlos se sintió vulnerable y profundamente rechazado.
La experiencia de rechazo con María dejó una cicatriz en el corazón de Carlos. Comenzó a cuestionar su valía y se sintió inadecuado en sus interacciones con otros. La voz interna de duda y autocrítica se volvió constante, lo que afectó su amor propio y la confianza en sí mismo. A pesar de sus cualidades Carlos se veía a sí mismo como alguien indeseable.
El rechazo también afectó sus relaciones futuras. Carlos evitaba acercarse emocionalmente a las personas por miedo a ser rechazado nuevamente. Se cerraba a las oportunidades románticas y de amistad, temiendo que volvieran a aprovecharse de su vulnerabilidad. La herida de rechazo creó una muralla protectora que limitaba sus conexiones y experiencias.
Herida de Injusticia
Esta herida se refiere a situaciones de abuso, maltrato o falta de equidad, que pueden generar sentimientos de ira y resentimiento.
Caso real: herida de injusticia
Jaime había trabajado desde que se graduó en una empresa en la que había demostrado su talento y esfuerzo excepcionales. Sin embargo, cuando esperaba que le dieran un ascenso para el que él estaba perfectamente capacitado vio como le daban el puesto a otra persona, dejando a Jaime con una sensación abrumadora de injusticia y traición.
La experiencia de injusticia afectó profundamente a Jaime en varios niveles. A pesar de su historial de éxito y sacrificio, se sintió menospreciado y desvalorizado. La herida de injusticia le llevó a plantearse si sus esfuerzos realmente importaban en esa empresa. Comenzó a sentir desconfianza en sus jefes y en su habilidad para cumplir objetivos.
La herida también afectó sus relaciones personales. Jaime se volvió más retraído y cauteloso en sus interacciones sociales, temiendo que la traición pudiera repetirse en otros contextos de su vida. La herida de injusticia había erosionado su confianza no solo en su lugar de trabajo, sino en su capacidad para confiar en los demás.
Herida de Traición
Surge cuando alguien de confianza defrauda o traiciona a la persona, lo que puede afectar su habilidad para establecer vínculos seguros en el futuro.
Caso real: herida de traición
Almudena había sido amiga íntima de Clara durante más de una década. Compartieron risas, secretos y momentos mágicos. Un día Almudena descubrió que Clara había estado hablando a sus espaldas, contando intimidades que Almudena quería que guardase en secreto. Se sintió profundamente traicionada con la sensación de que su confianza había sido pisoteada.
Esa experiencia de traición dejó a Almudena en un estado de desorientación y dolor. Comenzó a cuestionar las relaciones cercanas sitiéndose muy frágil. La herida de traición afectó su capacidad para confiar en los demás y le hizo cuestionar si realmente conocía a las personas que estaban en su vida.
La confianza en sí misma también se vio afectada. Almudena dudaba de su intuición y de su capacidad para coger cariño a las personas. La herida de traición alimentó la autocrítica y la hizo sentir que no merecía amistades genuinas.
Herida de Abandono
Se relaciona con situaciones en las que alguien importante para la persona se ausenta o se va, generando sentimientos de soledad y desprotección.
Caso real: herida de abandono
Leo tenía ocho años cuando sus padres se separaron. Aunque ambos continuaron siendo parte de su vida, Leo sintió que la dinámica familiar había cambiado drásticamente. Empezó a pasar menos tiempo con su padre, quien se mudó a otra ciudad, y comenzó a sentir una sensación de vacío y abandono emocional.
La experiencia de abandono dejó a Leo con una sensación persistente de no ser lo bastante bueno para mantener la unión familiar. La herida de abandono lo hizo dudar de su valía y se reflejó en el concepto que tenía de sí mismo.
La herida también hizo que se aferrase a personas, temiendo que si no las mantenía cerca, sería abandonado una vez más. Esta inseguridad afectó a sus amistades y relaciones sentimentales, ya que a menudo buscaba validarse a través de la aprobación externa.
Herida de Decepción
Ocurre cuando se generan expectativas que no son cumplidas, lo que puede llevar a la desconfianza y al escepticismo.
Caso real: herida de decepción
Ximena había estado en una relación de pareja durante varios años, compartiendo una vida y planes en común. Un día descubrió que su pareja había estado involucrada en una serie de engaños y mentiras, lo que llevó al fin de la relación. La sensación de haber sido traicionada y engañada dejó a Ximena en un estado de profunda decepción.
La experiencia de decepción afectó a Ximena en varios niveles. Se sintió herida y enfurecida por las acciones de su pareja, pero también comenzó a cuestionar sus elecciones, lo que le generó dudas sobre sí misma y rompió su autoestima.
La confianza en los demás también se vio gravemente afectada. Laura se volvió más cautelosa y reacia a abrir su corazón a nuevas relaciones. Temía que la decepción pudiera repetirse y que volviesen a hacerle daño.
Herida de Negación
Surge cuando la persona ha sentido que sus necesidades emocionales no han sido reconocidas o atendidas.
Caso real: herida de negación
Roberto creció en un hogar donde las emociones y los problemas se minimizaban constantemente. Cada vez que expresaba tristeza o frustración, sus padres respondían con frases como «no es para tanto» o «deja de preocuparte por tonterías». Esta negación constante de sus emociones hizo que Roberto internalizara la creencia de que sus sentimientos no eran válidos.
La experiencia de negación dejó a Roberto desconectado de sus emociones y de sus necesidades. A medida que crecía, tenía dificultades para reconocer y expresar lo que realmente sentía. La herida de negación lo hizo reprimir sus emociones y lo llevó a negar incluso sus propias experiencias internas.
Roberto temía expresar sus necesidades y preocupaciones, ya que creía que no merecía atención o cuidado. La herida de negación le llevó a complacer a los demás en lugar de priorizarse a sí mismo.

Lo fundamental para sanar heridas emocionales
1.La primera cuestión fundamental es entender que sanar las heridas emocionales es un proceso, no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana. Puede necesitar tiempo y constancia, y requerir la ayuda de un profesional.
Es importante ser paciente y darse el tiempo necesario para sanar completamente.
2. El segundo elemento fundamental es reconocer que el proceso con el que sanar las heridas emocionales no se basa solo en «soltar» el pasado.
Se trata también de aprender a vivir en el presente y de desarrollar las habilidades necesarias para enfrentar los desafíos del futuro. Es importante aprender a manejar las emociones de una manera saludable y a construir relaciones positivas y significativas.
3. La meditación y el mindfulness son herramientas valiosas para ayudar a sanar las heridas emocionales. La meditación puede ayudar a estar más presente en el momento actual y a reducir el estrés. Aquí te explico cómo realizar ejercicios de meditación para conectar con tus emociones.
El mindfulness ayuda a ser más consciente de pensamientos, sentimientos y emociones, lo que permite realizar el proceso de Biodescodificación con mayor agilidad.
4. Otro elemento fundamental para sanar las heridas emocionales es la gratitud.
La gratitud ayuda a enfocar la atención en las cosas positivas de la vida y a apreciar lo que se tiene en lugar de enfocarse en lo que falta. Practicar la gratitud diariamente, ya sea a través de la escritura terapéutica (por ejemplo con un diario de gratitud) o simplemente tomando un momento para reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido, permite cambiar la perspectiva y mejorar el estado de ánimo.
5. Perdonar.
A veces las heridas son tan profundas y han generado un caos tan grande que nos parece imposible perdonar, pero si algo que nos puede estar pidiendo nuestro cuerpo a través de esa herida abierta que produce síntomas y malestar es que perdonemos.
En este post te hablo del perdón y te recomiendo que le eches un vistazo.
Perdonar es un camino difícil de transitar pero muchas veces es fundamental caminarlo para llegar al equilibrio interior.
6. Y un fundamental que no se puede olvidar es que sanar y cerrar las heridas emocionales de la infancia no significa olvidar lo que ha sucedido.
Es importante reconocer y aceptar lo que ha sucedido en el pasado, pero también es importante aprender a seguir adelante. Esto puede ser complejo pero es liberador.
Test: Identificando heridas emocionales
Quizás después de leer este texto (y este otro donde profundizo en otros aspectos de las heridas emocionales) no tengas claro si lo tuyo es una herida emocional del pasado o es algo diferente.
Por supuesto que es mejor que un profesional te ayude a identificarlo y a gestionar ese dolor, pero mientras, te presento un sencillo test que no reemplaza la labor de un profesional de la salud mental, pero que te permite tomar contacto con tus sentimientos y emociones.
Responde cada pregunta eligiendo la respuesta que mejor describa tu situación actual. Marca solo una respuesta por pregunta.
1. ¿Cómo te sientes en relación a tu autoestima?
a) Me siento seguro/a y valorado/a.
b) A veces me siento inseguro/a.
c) Suelo sentirme poco valioso/a y con baja autoestima.
2. ¿Cómo manejas el rechazo o la crítica?
a) Los manejo con calma y objetividad.
b) Puede afectarme, pero puedo superarlo.
c) Me siento profundamente afectado/a por ellos.
3.¿Confías en el amor y la valoración de los demás?
a) Confío en el amor y valoración de los demás.
b) A veces dudo de si me quieren o valoran.
c) Siento que no me quieren o valoran lo suficiente.
4-¿Cómo te sientes ante situaciones relacionadas con el abandono?
a) Puedo manejarlas sin sentirme devastado/a.
b) Puedo sentirme triste, pero me recupero.
c) Me siento profundamente herido/a por el abandono.
5.¿Cómo enfrentas situaciones de injusticia?
a) Busco soluciones constructivas y manejo mis emociones.
b) Puedo sentir rabia, pero trato de superarlo.
c) Siento un fuerte resentimiento y dificulto dejarlo atrás.
6.¿Cómo te relacionas con las personas de tu entorno más cercano?
a) Tengo relaciones saludables y cercanas.
b) Puedo tener conflictos, pero se resuelven.
c) Tengo dificultades en mantener relaciones estables y satisfactorias.
7.¿Cómo te sientes cuando expresas tus emociones?
a) Me siento cómodo/a expresando mis emociones.
b) A veces me cuesta, pero trato de hacerlo.
c) Me resulta difícil expresar mis emociones abiertamente.
8.¿Cómo manejas el estrés en tu vida?
a) Tengo herramientas efectivas para manejar el estrés.
b) A veces me siento abrumado/a, pero puedo sobrellevarlo.
c) Me siento constantemente estresado/a y me cuesta manejarlo.
9.¿Cómo te sientes al enfrentar cambios en tu vida?
a) Me adapto fácilmente a los cambios y veo oportunidades.
b) Puedo sentirme incómodo/a, pero me adapto con tiempo.
c) Me siento abrumado/a y temeroso/a ante los cambios.
10.¿Te resulta cómodo mostrar tu vulnerabilidad?
a) Me siento cómodo/a mostrando mi vulnerabilidad.
b) A veces me cuesta, pero lo hago.
c) Me resulta difícil mostrar vulnerabilidad y abrirme emocionalmente.
Puntuación y Recomendaciones:
Suma los puntos de tus respuestas según la siguiente escala:
- A: 3 puntos
- B: 2 puntos
- C: 1 punto
Y según los resultados:
- 25-30 puntos: Tus heridas emocionales están bien sanadas. ¡Sigue cuidando de tu bienestar emocional!
- 15-24 puntos: Tienes algunas heridas emocionales que podrían necesitar atención. Considera trabajar en sanarlas para mejorar tu calidad de vida.
- 10-14 puntos: Hay heridas emocionales abiertas que pueden estar afectando significativamente tu bienestar. Es importante buscar apoyo para sanar y crecer emocionalmente.
- 5-9 puntos: Tus heridas emocionales están profundamente abiertas y pueden estar impactando gravemente tu vida. Busca ayuda profesional para sanar y encontrar equilibrio emocional.
Recuerda que este test proporciona una visión general y no reemplaza la orientación de un profesional capacitado en salud mental. Si sientes que las heridas emocionales están afectando negativamente tu vida, busca el apoyo adecuado para abordar y sanar estas heridas.
Sanar heridas emocionales con Biodescodificación
El objetivo máximo de la Biodescodificación es identificar los pensamientos, sentimientos y emociones que no se pudieron expresar en una situación de máximo estrés, quizás porque no se tenían las palabras, quizás porque no había tiempo para eso porque había que reaccionar rápidamente, quizás porque en tu infancia te dijeron que lo que sentías no le importaba a nadie, quizás porque nadie te ha enseñado a poner en palabras tus emociones… y una vez que se han identificado, se ponen en palabras para reducir el estrés emocional que se ha producido al inhibir todos esos sentimientos.
El siguiente paso en el proceso de Biodescodificación es identificar las creencias limitantes que están obstaculizando y dificultando la vida de una persona y transformarlas en creencias fortalecedoras.
Hay personas que ven con claridad que su síntoma está asociado con una herida del pasado, pero para otras es más difícil reconocerlo porque su huella es más sutil. Se pueden estar viviendo dificultades para vivir en pareja, como en alguno de los ejemplos expuestos, o dificultades para mantener amistades duraderas, y esas dificultades no dejan una huella física clara. De cualquier manera, si la Biodescodificación es tu camino, no te preocupes porque podrás cerrar tus heridas emocionales haciendo uso de tu consciencia y tu responsabilidad.
Por eso, aunque cuando los profesionales hablamos de los pasos para biodescodificar damos unas pautas concretas, no se puede decir que todos los procesos de biodescodificación son iguales.
Así que, no sé cuál es tu caso, pero sea como sea, te doy unas pautas para utilizar la biodescodificación para sanar tus heridas emocionales.
En este post te explico con detalle cuáles son los pasos genéricos para hacer tu propio proceso de Biodescodificación que son básicamente:
1º ¿Cuál es el síntoma que quieres biodescodificar?
2º ¿Desde cuándo tienes el síntoma?
3º ¿Cuál es el significado emocional de mi síntoma?
4º ¿Cuál es la situación estresante que viviste ANTES del síntoma y está relacionada con la función del órgano afectado?
5º ¿Cuáles son los pensamientos, sentimientos y emociones que sentiste en aquel momento y no pusiste en palabras?
6º ¿Qué creencias o formas de pensamiento te han llevado a actuar así?
7º ¿Qué te está pidiendo tu cuerpo?
Como te decía, si tu herida no está asociada con un síntoma concreto no quiere decir que no puedas biodescodificarte. Puedes empezar por preguntarte:
-Del listado de heridas que he presentado, ¿con cuál te identificas?
-¿Qué situaciones estresantes e impactantes has vivido en relación con situaciones de humillación, abandono, negación, rechazo, traición o decepción?
-¿Cuál ha sido la más dolorosa? ¿Cuál fue la primera?
-¿Qué creencias o patrones de pensamiento han surgido a partir de sufrir esa o esas situaciones?
-Puedes hacer un viaje por tu infancia respondiendo a estas preguntas para situar el inicio de tu herida:
✅¿Cómo definirías tu infancia? ¿Qué sentimiento predominó?
✅¿Cómo describirías las relaciones con tu familia durante tu infancia?
✅¿Qué recuerdas de tu infancia que todavía te afecta hoy en día?
✅¿Qué emociones son las más comunes para ti a día de hoy?
✅¿Crees que tus padres te dieron los recursos necesarios para afrontar la vida?
Responder a estas cuestiones te acerca a tomar contacto con los sentimientos y emociones asociadas a tu herida. Como en Biodescodificación sabemos, ponerlas en palabras es esencial para cerrar la herida emocional.
Guía paso a paso para hacer tu proceso de Biodescodificación
Aquí tienes una guía paso a paso con una Check-list que he creado para que lo que te he explicado lo puedas hacer siguiendo un orden, (lo que se hace con una Check-list, vamos 😉 ) y profundices en los pensamientos, sentimientos y emociones asociados con tu síntoma o problema relacional.
Así podrás identificar qué está queriéndote decir tu cuerpo a través de tus síntomas. Podrás abrir tu consciencia cuerpo y mente para liberarte de las emociones que cargas.
Y sobre todo recuerda, cerrar las heridas emocionales requiere muchas veces la ayuda de un profesional, y sobre todo, que te des el permiso para hacerlo.