El perdón en Biodescodificación

 

Hablar en Biodescodificación del perdón es hablar de un aspecto esencial del camino hacia el bienestar integral.

Cada vez es más compartida la convicción de que nuestro cuerpo responde a nuestro estrés emocional.

Y si hay una emoción que nos mantiene en un estrés elevado es la rabia. De la rabia podríamos extraer sentimientos como el rencor, el resentimiento, el desprecio, la hostilidad, la indignación… y por supuesto, la falta de perdón.

Hay distintos motivos por los que una persona se niega a perdonar a otra. Como terapeuta he visto muchos en las sesiones de Biodescodificación, pero cuando es tu cuerpo el que te pide a través de un síntoma (un síntoma grave en muchos casos) que sueltes el rencor y la rabia y perdones, es mejor dejarlos de lado y hacer caso al cuerpo.

Nuestra biología no entiende por qué a veces sabemos lo que tenemos que hacer y no lo hacemos. Lo único que entiende es que si su llamada a través de un síntoma no es escuchada, tiene que «levantar su voz» para asegurarse de que se recibe.

Es decir, que si estoy haciendo mi pequeño proceso de Biodescodificación y descubro que mi cuerpo me está pidiendo a través de un sintoma que perdone, tomo consciencia de ello, pero al mismo tiempo me niego a perdonar, mi biología no entenderá nada. Lo único que hará será gritar más alto a través de otro síntoma o del agravamiento del que ya tenía, para que me vacíe de ese rencor.

Pero empecemos por el principio,

¿Qué es el perdón?

El perdón es una elección consciente y voluntaria que implica renunciar a sentimientos y emociones negativas hacia una persona que ha causado daño.

Es un proceso que busca liberar el resentimiento y la ira, permitiendo que la persona que perdona pueda recuperar su equilibrio emocional y liberarse de la carga emocional negativa asociada con la ofensa.

No podemos olvidarnos de que perdonar no significa justificar o excusar el comportamiento del perpetrador, ni implica reconciliarse con esa persona o restablecer una relación cercana con ella.

El perdón fundamentalmente es un acto de autocuidado y autocompasión, en el cual la persona que perdona toma el control de sus emociones y elige liberarse del poder que la herida ejerce sobre su bienestar emocional.

Es esencial entender también que el proceso de perdón llega a ser complejo y que cada persona puede experimentarlo de manera diferente. No existe una fórmula única para perdonar, y algunas situaciones pueden requerir más tiempo y esfuerzo que otras.

En este post  hablé del autoperdón y la autocompasión y te recomiendo que lo leas para profundizar en el tema.

¿Qué no es el perdón?

Es conveniente que no nos hagamos ideas equivocadas sobre lo que es perdonar porque la confusión puede llevarnos a mantener elevado nuestro estrés (sin necesidad ninguna).

Aquí te cuento lo que NO es perdonar:

  1. No es justificar: El perdón no implica excusar o validar el comportamiento ofensivo de la otra persona. Perdonar no significa aceptar que lo que hicieron estuvo bien o es aceptable.
  2. No es debilidad: Perdonar no es un acto de debilidad, sumisión o resignación. Es un acto de valentía y autocompasión que implica liberarse de emociones negativas que pueden estar afectando nuestra salud emocional.
  3. No es una reconciliación: El perdón no requiere que restablezcamos una relación cercana con la persona que nos hirió. Puede ser un acto individual y no necesariamente implica una reconciliación o una relación continua con la otra persona.
  4. No es un proceso inmediato: El perdón no ocurre automáticamente después de un evento dañino. Es un proceso que puede llevar tiempo y requerir mucha consciencia, especialmente si el daño fue significativo.
  5. No es para beneficio de la otra persona: Perdonar no es un favor que hacemos a la persona que nos lastimó. Es un acto de autocuidado y sanación emocional para nosotros mismos.

¿Cómo se perdona?

Una pregunta que me han hecho muchas veces es «¿cómo se hace para perdonar?».

Y me la han hecho mujeres y hombres adultos, de más de 35 años.

Quiero decir que estas personas a sus 30, 40 ó 50 años ya habían perdonado alguna vez en su vida algo. No eran seres llenos de rencor que todavía querían vengarse del niño que les llenó de mocos el bocadillo en primero de primaria.

La dificultad venía marcada por el hecho en concreto o la persona que les había ofendido. Evidentemente, si era algo que les había llevado a enfermar, era algo de gran carga emocional que les había roto todos sus esquemas. Y hay que entender que en un primer momento se haga difícil, pero insisto, si el cuerpo nos lo pide, hay que hacerle caso o las consecuencias serán muy negativas.

Los pasos para perdonar

El dr. Frederic Luskin ha desarrollado un método de nueve pasos que expone en su libro «¡Perdonar es sanar! Libérese de los reconres y experimente los beneficios«.

Después de haber trabajado con pacientes que han pasado todo tipo de circunstancias adversas, incluyendo víctimas de guerra, estos son los pasos que él señala:

1.Identificar el dolor: El primer paso es reconocer y aceptar que uno ha sido herido por otra persona o por una situación particular. Es importante permitirse sentir las emociones y sentimientos asociados con esa herida, como la ira, el resentimiento o la tristeza.

2.Comprometerse a perdonar: El siguiente paso es tomar la decisión consciente y comprometerse con el proceso de perdón. Esto implica estar dispuesto a dejar ir el dolor y liberarse de la carga emocional negativa que se ha llevado a raíz del evento traumático.

3.Ver a la persona con compasión: Intentar comprender a la persona que causó la herida desde una perspectiva más compasiva y empática puede ayudar a cambiar la percepción del evento y reducir la intensidad del dolor emocional.

Recuerda que perdonar no es justificar. Se puede reconocer, por ejemplo, que la persona que cometió un robo estaba en una situación económica desesperada, pero eso no quiere decir que no tenga que cumplir una condena por haber cometido un delito. Ver a la persona con compasión no es justificar.

4.Comprender que el perdón es algo que te das a ti: Entender que el perdón es un regalo que nos damos a nosotros mismos y no un acto de debilidad hacia la otra persona.

5.Practicar la gratitud: Fomentar sentimientos de gratitud hacia las personas y experiencias positivas en la vida puede ayudar a equilibrar las emociones negativas asociadas con la herida.

6.Aprender a establecer límites: A veces, el perdón puede implicar establecer límites saludables con la persona que causó la herida para protegerse de futuros daños.

7.Mantener el enfoque en el presente: Evitar rumiar constantemente sobre el pasado y centrarse en el presente y en las cosas positivas que se pueden lograr en el futuro.

8.Practicar el autoperdón: Reconocer que todos somos humanos y que también cometemos errores. Perdonarse a uno mismo por las acciones pasadas puede ser parte integral del proceso de perdón.

9.Recordar el perdón: Finalmente, comprometerse a recordar el perdón otorgado y no volver a retomar el resentimiento o el dolor en el futuro.

 

Los beneficios del perdón

Por si aún tienes dudas de que lo que te está pidiendo tu cuerpo es perdonar, te diré que la ciencia ha investigado ampliamente los beneficios del perdón para la salud emocional y ha encontrado evidencia de cómo perdonar puede tener un impacto positivo en el bienestar emocional de las personas.

Algunos de los hallazgos (que en Biodescodificación manejamos pero en otras disciplinas no) más relevantes incluyen:

-Reducción del estrés: El Perdón disminuye los niveles de estrés y ansiedad. Al liberarse del resentimiento y la ira, se reducen las respuestas de lucha o huida asociadas con emociones negativas, lo que lleva a una mayor sensación de calma y bienestar.

-Mejora en la salud mental: Estudios han encontrado que las personas que practican el perdón tienden a tener una mejor salud mental general, incluyendo menos síntomas de depresión y una mayor satisfacción con la vida.

-Mayor resiliencia emocional: El perdón puede fortalecer la capacidad de afrontar y recuperarse de situaciones adversas. Al liberarse de la carga emocional negativa, las personas pueden adaptarse mejor a las dificultades y superar obstáculos con mayor facilidad.

-Mejora en las relaciones interpersonales: Perdonar puede mejorar la calidad de las relaciones con los demás. Al reducir los sentimientos de hostilidad y resentimiento, se fomenta la empatía y la conexión emocional con los demás.

-Aumento del bienestar psicológico: El perdón está asociado con un mayor sentido de paz interior y satisfacción con la vida. Al liberarse del peso emocional negativo, las personas pueden experimentar una mayor sensación de bienestar y felicidad.

-Reducción de la rumiación: Perdonar puede ayudar a reducir la rumiación, que es el proceso de dar vueltas repetidamente a pensamientos negativos. Al dejar ir las emociones dañinas, se disminuye la tendencia a obsesionarse con eventos pasados y dolorosos.

-Beneficios físicos: Algunos estudios sugieren que el perdón puede tener efectos positivos en la salud física, como la reducción de la tensión arterial y la mejora del sistema inmunológico. Insisto, en Biodescodificación tenemos amplias pruebas de ello, pero estos estudios lo corroboran.

 

La Biodescodificación y el perdón

El perdón, vemos por tanto, que es un proceso activo de liberarse de la carga emocional y sanar internamente, sin que sea necesario retomar la relación con la persona que causó el daño.

La base del perdón es la autocompasión y el autocuidado para que desde ahí se recupere el poder y la paz interior en el proceso de recuperación emocional.

Al perdonar de forma auténtica tal y como la Biodescodificación nos enseña, se reducen las respuestas fisiológicas asociadas con el estrés y se restablece el equilibrio en el sistema nervioso autónomo.

Al mismo tiempo, la liberación emocional que acompaña al perdón contribuye a reducir la carga emocional negativa y la liberación de estrés, lo que nos acerca al bienestar integral.

¿Cómo hace la Biodescodificación para reducir el estrés emocional que produce la falta de perdón?

La forma en la que se reduce ese estrés es mediante la palabra: hablando.

Como Freud y Groddeck descubrieron, hay un vínculo entre los órganos del cuerpo y las emociones que no se saben PONER EN PALABRAS, no se quieren PONER EN PALABRAS o no se pueden DECIR en el momento de una vivencia que genera mucho estrés.

En este post te explico cuáles son los pasos para hacer tu propio proceso de Biodescodificación, que son básicamente:

1º ¿Cuál es el síntoma que quieres biodescodificar?
2º ¿Desde cuándo tienes el síntoma?
3º ¿Cuál es el significado emocional de mi síntoma?
4º ¿Cuál es la situación estresante que viviste ANTES del síntoma y está relacionada con la función del órgano afectado?
5º ¿Cuáles son los pensamientos, sentimientos y emociones que sentiste en aquel momento y no pusiste en palabras?
6º ¿Qué creencias o formas de pensamiento te han llevado a actuar así?
7º ¿Qué te está pidiendo tu cuerpo?

 

Para hacerlo más fácil y comenzar ya mismo a indagar en cuál es el mensaje que te está enviando tu cuerpo (y comprobar si hay algo que está sin perdonar), puedes descargarte gratuitamente esta Check-list que he creado  para que lo que te he explicado lo puedas hacer siguiendo un orden, (lo que se hace con una Check-list, vamos 😉 ) y profundices en tus pensamientos, sentimientos y emociones.

Es un paso previo a una sesión de Biodescodificación con el que abrir tu consciencia sobre cuerpo y mente.

Con esta check-list vas a desenterrar los sentimientos y emociones que gritan a través de tus SÍNTOMAS y podrás recuperar la ILUSIÓN.

 

Y a ti, ¿qué es lo que más te ha costado perdonar? ¿Te sientes en paz después de haber perdonado?

Te leo 🤓

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